El estreñimiento es uno de los problemas más habituales en la infancia, los pediatras aseguran que supone entre un 3 y un 5% de las consultas en Atención Primaria y este porcentaje sube al 20% en la atención especialista, las unidades de gastroenterología pediátrica. No en vano se calcula que afecta a aproximadamente el 7,5% de la población en edad escolar.
El estreñimiento en los niños se caracteriza por la dificultad que tienen estos a la hora de evacuar y existen dos criterios fundamentales para diagnosticarlo: evacuación dolorosa, esto pasa porque la falta de hidratación en las heces hace que se sequen y se vuelvan duras; o por la frecuencia defecatoria. Se considera que la frecuencia adecuada varía desde 2-3 deposiciones diarias a 3 deposiciones a la semana. Por lo tanto, un niño que vaya al baño menos de 3 veces en semana puede considerarse estreñido. Además, si tiene una actitud retentiva, siente el dolor al defecar, tiene al menos un episodio de incontinencia por semana o sus deposiciones son excesivamente voluminosas son factores que ayudan a diagnosticar el estreñimiento.
Cuando un niño comienza a tener episodios de estreñimiento hay que acudir al médico, porque es fundamental que éste descarte un posible problema orgánico. Aunque estos problemas son muy poco comunes, ya que afectan sólo al 1% o 2% de los casos, conviene que el médico lo compruebe. En el caso de que no haya causas de este tipo, deberá conocer la dieta y los hábitos del pequeño. La mayoría de las veces que hay un estreñimiento leve este mejora con unos hábitos adecuados y con una dieta rica en fibras.
Consejos para evitar el estreñimiento
Los hábitos son fundamentales para aliviar el estreñimiento en los casos leves, solo cuando pese al cambio de estos el niño continúa con episodios, habría que pensar en seguir un tratamiento farmacológico. Pero, ¿qué podemos hacer para evitarlo?
- Aumentar la cantidad de fibra en la dieta. La fibra es clave en el caso del estreñimiento, porque es sin duda el componente que ayuda a mejorar el tránsito intestinal y a que no se produzcan los temidos atascos. La fibra está presente en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos. Si la dieta del niño es pobre en estos alimentos, hay que aumentarlos, pero poco a poco, ya que una ingesta excesiva puede producir gases e incluso cólicos. Recuerda que la fibra se encuentra en la piel de las frutas, así como la pera o la manzana conviene tomarlas con la piel. Si el niño pequeño la rechaza, puedes darle la pieza parcialmente pelada. Ofrécele verduras enteras, no en puré. En el chino o pasapurés queda retenida muchas veces la fibra.
- Disminuir el consumo de alimentos astringentes. Las patatas, plátanos, la zanahoria cocida o el arroz no integral son astringentes, así que hay que tener cuidado con su consumo. Si se toman, debe ser en muy poca cantidad, al menos mientras dure el estreñimiento.
- Beber agua u otros líquidos. Ofrécele abundantes líquidos. Los niños deben beber al menos dos vasos de agua al día y es mejor beber un buen trago a un sorbito. Los líquidos favorecen la deposición porque aportan humedad al intestino y ayudan a que las heces estén hidratadas y no se endurezcan.
- Evitar siempre que se pueda el desorden en las comidas. Acostúmbrale a unos horarios. Muchos niños pequeños comen más entre horas que a la hora de la comida. Ese picoteo continuo es nefasto para el estreñimiento.
- Establecer un patrón regular para ir al baño. Aunque no siempre es fácil, hay que intentar que el niño se siente todos los días a la misma hora. Intenta que sea unos 15 minutos después de una comida, momento ideal donde el intestino se pone en movimiento. Utiliza un cuento o quédate con él para ver si consigue hacer caca y anímale. El miedo y las presiones juegan un papel fundamental, así que intenta relajarte para que el niño esté lo más tranquilamente posible.
- Ejercicio físico. El movimiento pone en marcha el cuerpo y ayuda a que todas sus partes se pongan en marcha. Para evitar el estreñimiento por sedentarismo anima a tu niño a moverse: correr, saltar o jugar al aire libre le ayudará.
- Evitar siempre que sea posible los supositorios. Con los lactantes puede ayudar masajear la tripa o ponerle boca arriba y flexionar sus piernas unas cuantas veces. En cuanto a supositorios o laxantes conviene evitarlos ya que el cuerpo se acostumbra a tener estímulos para defecar. Si no hay más remedio, se pueden usar, pero solo de forma puntual.
- Paciencia ante momentos difíciles. Hay que tener en cuenta que a veces el estreñimiento aparece ante momentos de estrés del pequeño. Uno de los más comunes es la retirada del pañal, ya que algunos niños sienten miedo de evacuar y es en ese momento cuando se hacen conscientes de este proceso. A pesar de que el estreñimiento genera mucha inquietud y ansiedad en los padres, estos deben atajar el problema lo antes posible y con toda la paciencia de la que sean capaces. Con mejorar los hábitos y modificar la dieta, la mayoría de los casos remiten. En el caso de que no sea así, habrá que seguir las indicaciones médicas. Lo fundamental es tratar este problema cuando aparezca, ya que se puede hacer crónico y más difícil de solucionar.
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