Un nutriente clave para la salud de los más pequeños
La vitamina D es clave para los huesos, ya que ayuda a absorber el calcio y juega un papel fundamental. Tener déficit de este nutriente durante el desarrollo puede producir en los niños raquitismo y en los adultos osteoporosis, debilidad muscular y fracturas.
La vitamina D juega también un papel importante en la buena salud de nuestro sistema cardiovascular y actúa como mecanismo de defensa en procesos infecciosos que afectan a las vías respiratorias. Además, las investigaciones llevadas a este efecto sostienen que tener un nivel suficiente de esta vitamina contribuye a la cicatrización de las heridas y previene el desarrollo de algunos tipos de cáncer, entre los que se encuentra el de colon, de próstata y de mama.
¿Dónde la encontramos?
Algunos alimentos contienen naturalmente esta vitamina, pero no son muchos. Los pescados grasos (salmón, atún o caballa) son la mayor fuente de vitamina D. Además, el queso, la yema de huevo y el hígado de vaca también la contienen, pero en poca cantidad. Por esta razón, en los últimos años han salido alimentos suplementados con esta vitamina. Tal es el caso de la leche, algunas marcas de zumo o yogures.
Aunque se obtiene de los alimentos, la vitamina D se sintetiza con la luz solar. Es decir, mediante la exposición al sol, la piel produce esta vitamina, por lo que pasar una pequeña parte del día al aire libre está asegurándote la dosis de vitamina D necesaria para el funcionamiento de tu organismo y el desarrollo de tus huesos.
Durante los días nublados o estar a la sombra reduce la cantidad de vitamina que produce la piel y aunque es necesario limitar la exposición solar para reducir la posibilidad de sufrir cáncer, pasar de 10 a 20 minutos al día al sol es muy beneficioso para nuestra salud.
¿Qué podemos hacer para aumentar la cantidad de vitamina D?
A pesar de todas estas bondades, la población infantil tiene déficit de vitamina D, por lo que los pediatras recomiendan suplementar la alimentación con esta vitamina al menos durante el primer año de vida.
Además, los expertos aseguran que pasar de 15 a 30 minutos al día expuestos al sol, produciría la cantidad de este nutriente que necesitamos. Sin embargo, ni en un país como el nuestro, con tantas horas de sol al día, tenemos los niveles aceptables de este nutriente. Algunos expertos señalan que esto se debe al excesivo uso de cremas solares, que llevan filtros de rayos ultravioletas que son los que influyen en su síntesis.
Por lo que tener suficiente vitamina D no parece una tarea complicada. Exponerse un rato al sol sin protección, evitando las horas centrales del día durante los meses más calurosos, debería ser suficiente.
Fuente: Baby control